A pocos días de que asuma Michelle Bachelet, y a la luz de la elección de sus equipos de trabajo, quedan varias conclusiones. Una de ellas es que el gobierno de la Presidenta electa será de continuidad y de profundización de la impronta neoliberal de la Concertación. Más allá del criterio paritario de género y de las supuestas caras nuevas -muchas de ellas vinculadas al poder desde hace tiempo- decepciona constatar que no habrá quiebres en el orden inequitativo que rige a Chile.
Nuestro país posee hoy la undécima economía más desigual del mundo. Según cifras de Impuestos Internos, el 85% de los chilenos tiene una renta mensual que no supera los 350 mil pesos y una familia del 20% más pobre de la población vive con apenas 75 mil pesos al mes. Ésta es la inaceptable distribución de los ingresos de la cual tanto se habló durante la campaña presidencial. Lamentablemente, Bachelet ha dado luces de que todo continuará igual.
Así lo demostró al nombrar como ministro de Hacienda a Andrés Velasco. Este economista de Yale posee un vasto currículo académico, con cátedra vitalicia en Harvard incluida. Es un fiel representante del neoliberalismo estadounidense y un aplicado discípulo de Alejandro Foxley, el titular de Relaciones Exteriores, lo cual nos da indicios de que la Cancillería tendrá un fuerte énfasis al servicio de los Tratados de Libre Comercio.
Velasco cree fielmente en el libre mercado, en la liberalización de capitales y en la inversión extranjera. Mantendrá el superávit fiscal estructural y por nada del mundo subirá la carga tributaria al empresariado, que ya elogió su nominación. Es decir, los grandes grupos económicos seguirán estando tranquilos y contentos. Andrónico Luksic, por ejemplo, dijo que el “gabinete de Bachelet es de excepción”. Luksic sabe que llegó a Hacienda un buen administrador del actual modelo, es decir, sus utilidades exorbitantes estarán aseguradas por cuatro años más.
Según el profesor vitalicio de Harvard -como llama la prensa a Velasco-, el modelo neoliberal ha funcionado muy bien, ha logrado crecimiento económico sostenido, reducción de la pobreza y, además, cuenta con un gran apoyo de la población. Velasco no sabe o simula olvidar que más de 4 millones de chilenos viven con 130 mil pesos al mes, mientras Luksic, Matte o Angelini superan la barrera de los 500 millones de pesos diarios en ganancias. Para ellos sí que ha operado el modelo a la perfección.
Para la gran mayoría de la población, el modelo supone un agobio permanente, tal como lo confirmó la Encuesta de Subjetividad de los chilenos del PNUD. En ella, el 74% de los entrevistados manifestó sentimientos negativos hacia el modelo económico imperante. No sé cual es el apoyo del que habla Velasco, quizás el ministro confunde a la población de Chile con el pequeño número de empresarios que se juntan en Casa Piedra cuando son convocados a sus seminarios de Expansiva.
Marcel Claude, Economista.
miércoles, diciembre 20, 2006
Equipo Economico Bachelet
Publicado por Unknown en 6:59 a. m.
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