jueves, diciembre 21, 2006

Evaluando la Ley de Pesca


A casi 5 años de promulgada la Ley de Pesca, sus resultados -ya se sabe- son del todo insatisfactorios, tanto para la conservación de los recursos marinos como para los pescadores artesanales. Como se advirtió en su momento, esta normativa sólo ha favorecido a 5 grandes conglomerados económicos que obtuvieron en conjunto el 80% de la captura, siendo el grupo Angelini uno de los más beneficiados, así como, uno de los grandes depredadores del mar chileno.

Hoy por hoy, tanto el jurel como la anchoveta están severamente sobre explotados, de hecho, en el 2004 ya se estimaba que habían disminuido su presencia en aguas chilenas en un 80%. Tan precario es el estado de estos recursos pesqueros, como las condiciones de vida que han debido enfrentar los pescados artesanales. Más de 60 mil personas fueron fuertemente castigadas con la normativa establecida por las autoridades políticas, que ratificaron la privatización de los recursos con la Ley Corta de Pesca en el año 2002.

Esta notable despreocupación por el impacto social y ambiental de esta normativa es una peligrosa tendencia de varios legisladores, que ahora deben discutir en el Parlamento la Ley Larga de Pesca y otras materias relacionadas con la protección y explotación de los recursos naturales que pertenecen a todos los chilenos. Esto es importante puesto que, a partir de las Encuestas Casen 2000 y 2003, se observa que desde 2001, los indicadores de indigencia, pobreza, años de escolaridad, alcantarillado, entre otros, han tenido una fuerte regresión justamente en las comunidades donde se concentra la mayor cantidad de pescadores artesanales. Por ejemplo, en comunas del norte de Chile, la pobreza es considerablemente mayor al promedio nacional. En Chañaral, este índice llega al 32,1% y la indigencia al 11,8%, mientras que en La Higuera, Canela y Los Vilos la pobreza supera el 27%. Es decir, más de un cuarto de su población vive con menos de 43 mil pesos al mes.

En el resto del país, la situación no es para nada alentadora. En el centro, las comunas de Cartagena y Quintero tienen niveles de pobreza del 29,5% y 29%, respectivamente. En estas zonas, los ingresos autónomos por hogar no alcanzan los 200 mil pesos. En el sur de Chile, se repite la precariedad en las comunas costeras, donde San Juan de la Costa en la Décima Región representa el caso más extremo de vulnerabilidad, con un 42% de pobreza.

Estas cifras demuestran que la privatización de los mares, ratificada por la Ley Corta de Pesca, no ha representado ningún avance significativo para las comunas donde los recursos marinos son la principal fuente de ingreso. Los pescadores artesanales, tal como la mayoría de los chilenos, están excluidos de las bondades de un despiadado modelo de explotación de recursos naturales que beneficia solamente a determinados grupos económicos, que consolidan así la grotesca concentración de la riqueza y la penosa distribución del ingreso en Chile.

Marcel Claude, Economista.

1 Comment:

Josefina Atala Parra Rodriguez said...

Don Marcel, llegué a su Blog hoy porque alguien por ahí me dijo: "¿Por qué le crees a M.C? Investiga primero"... Y eso he hecho desde que lo conocí un dia en Valparaíso, para el foro en la UV. Por suerte encontré todos los argumentos para decirle a esa persona en qué se equivocaba, y me siento orgullosa de que Ud sea tan claro e intelectual, que piense como yo y tantos otros. En mis cortos 21 años ya siento total insatisfacción por la realidad nacional en que vivimos, por las mentiras de los medios de comunicación, el consumismo, el egoísmo de los que todo acaparan, lo nefasto de los sistemas de salud, educacional, etc, por la venta indiscriminada de nuestro bello país, por la misma gente que permite que esto suceda, por el silencio y la cobardía, la comodidad. Vivimos en un país tan enfermo e ignorante, no los culpo, pero espero se merezcan un representante como ud, el camino es tortuoso, pero tengo fe de que lograremos cambiar el panorama nacional, yo creo en las utopías, total, el ser humano, animal social y enfermo, ya es una de ellas. Ese dia en la micro solo lo observaba, no atiné a darle la mano, pero traté de que mi mirada dijera cuan orgullosa me siento de pertenecer hoy, aqui y ahora a este país, ahora que puedo y quiero votar de verdad, por que Marcel Claude no tiene miedo a los chupasangre, y los estudiantes y trabajadores estamos a su lado. Gracias por cargar en sus hombros esta gran lucha, pero sepa bien que todos vamos juntos. Por que "Todavía cantamos..." Se despide atentamente: Josefina Parra Rodríguez, estudiante de Psicología Unab.