Finalmente, la comisión Marcel entregó su informe sobre la reforma al sistema previsional. Entre los puntos más importantes del trabajo de este grupo de técnicos nombrados por Bachelet están: el aumento de la edad de jubilación de las mujeres, la obligatoriedad de las cotizaciones de los trabajadores independientes, la creación de algo que ellos llaman pilar solidario y la liberalización aún más de los fondos de pensiones.
En resumen, la profunda reforma anunciada por Michelle Bachelet durante su campaña presidencial no existe, sino que simplemente se aplicará una serie de cambios, pero las estructuras del lucrativo negocio de las AFPs seguirán incólumes. La propia comisión Marcel desconoció la crisis del sistema de pensiones, por lo que era esperable que no se propusieran modificaciones sustantivas ni al régimen de capitalización individual ni a la nula presencia del Estado en esta materia.
Con las propuestas señaladas, se aumentan las obligaciones de los trabajadores, marginando de responsabilidad a las AFPs. Éstas seguirán administrando los fondos de pensiones libremente, subsidiando a los grupos económicos con inversiones y préstamos realizados con el dinero de todos los trabajadores. Además, los retoques que esta comisión propuso no permitirán otorgar pensiones dignas a la mayoría de los chilenos.
Lo que ellos llaman pilar solidario que aumenta la pensión mínima de 75 mil a 80 mil pesos, aparte de ser ridículamente mezquina y cuyo aumento limita con lo absurdo, es impensable que con ello una persona pueda vivir dignamente después de toda una vida de trabajo.
Por su parte, las mujeres ahora deberán trabajar 5 años más para jubilar, pero se les compensará con un año de imposiciones por cada hijo que tengan. Esta medida se fundamenta en el envejecimiento de la población, argumento que parece razonable, pero que desconoce la diferencia salarial y la precarización laboral, especialmente, en el caso de la mujer.
Justamente, el ya flexible mercado del trabajo y la vulnerabilidad de los trabajadores, con bajos salarios y sin contratos, es lo que impide a la mayoría de los chilenos obtener una jubilación digna. Éste es el mayor obstáculo con el que se encontrará cualquier reforma previsional.
Lamentablemente, los mismos discursos que pusieron a la desigualdad como prioridad elemental, solo en cuatro meses de gobierno se convirtieron en una simple ilusión para los trabajadores.
Marcel Claude, Economista.
jueves, diciembre 21, 2006
Informe Comisión Reforma Previsional
Publicado por Unknown en 4:17 a. m.
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