jueves, diciembre 21, 2006

Santiago, una Ciudad muy Cara


Las alzas de los combustibles, del pasaje de la locomoción colectiva y de las cuentas de los servicios básicos han ocupado la agenda económica de las autoridades políticas y han desconcertado a la mayoría de los chilenos. Sin embargo, el encarecimiento de la vida en nuestro país ha sido progresivo en los últimos años.

Así lo confirmó una encuesta realizada por la consultora internacional Mercer Human, que situó a Santiago como la tercera ciudad de América del Sur más costosa. Solo Sao Paulo y Río de Janeiro superaron a nuestra capital, que se ubicó en el lugar 91, subiendo 37 puestos respecto a la medición anterior del año 2005.

El estudio toma como base a Nueva York y compara los costos de 200 artículos, como vivienda, transporte, alimentación, ropa, artículos para el hogar y entretenimiento. Ahora bien, el aumento del costo de la vida en Santiago se explica por el aumento de la inflación y del precio de los combustibles que se ve agravado por la posición monopólica de las empresas en Chile que traspasan cualquier aumento de costos a los consumidores.

Obviamente, los más afectados con este incremento son los 5 millones de santiaguinos que viven con menos de 220 mil pesos al mes. Son los mismos que pagan los costos sociales y ambientales de vivir en una ciudad con elevados índices de contaminación atmosférica y acústica, donde la inseguridad, el estrés y la depresión se han convertido en las principales aflicciones de la población.

Pese a que estos males se concentran principalmente en Santiago son extensivos a todo el país. Y justamente, para suplir estos altísimos costos de la vida es que la mayoría de los chilenos se encuentra sobre endeudado. De hecho, según el Banco Central el endeudamiento en los hogares chilenos alcanza el 57% de sus ingresos anuales. Es decir, los chilenos deben casi el 60% de todo lo que ganan en un año.

Un estudio de la Universidad Central confirma esta tendencia y señala que más del 80% de los chilenos mantiene deudas con el sistema financiero. Más aún, 1 de cada 4 trabajadores destina el 100% de su sueldo al pago de deudas. La situación de sobreendeudamiento se incrementa en los casos de trabajadores con hijos, funcionarios de pequeñas empresas, de menores ingresos y de mayor edad. En definitiva, los altos costos de la vida en Chile no sólo tienen una manifestación material a través de las deudas, sino que conllevan una serie de trastornos sociales, físicos y psíquicos que demuestran una vez más que el modelo neoliberal administrado durante 16 años por la Concertación no asegura el bienestar de la mayoría de los chilenos.

Marcel Claude, Economista.

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