Nuevamente, los estudiantes han protagonizado manifestaciones y han descolocado al gobierno. Violentamente desalojados por carabineros, los secundarios insisten en la necesidad de modificar radicalmente la educación en Chile. Observan que la comisión asesora presidencial no representa un avance, sino más bien una medida dilatoria que burocratiza las demandas estudiantiles, volviéndolas inútiles.
En el primer proceso de movilización, la revolución de los pingüinos ganó el apoyo de todos los sectores sociales, pero hoy el movimiento estudiantil ha sido criminalizado y el gobierno y los medios de comunicación han convertido sus demandas en pataletas de adolescentes mal criados. Sin embargo, los secundarios intentan defender su justo derecho a reclamar por una educación más justa, ya que no quieren ser parte de los millones de chilenos que viven con la frustración día a día.
800 mil chilenos están deprimidos, el 75% de los menores es víctima de violencia intrafamiliar y la tasa de suicidios se ha duplicado. De esa nefasta realidad quieren escapar los estudiantes y luchan para no ser aplacados por un aparato estatal que ha aplicado la represión y la persecución en esta segunda etapa de las movilizaciones. Además, ahora son expulsados de sus colegios o se les cancela la matrícula para el próximo año.
De esta manera, el poder persigue y reprime la participación ciudadana limitando la democracia a procedimientos burocráticos e ineficientes, como el consejo asesor. Por eso, el vigor del movimiento estudiantil da un aire al anodino e insulso sistema de gobierno que la Concertación ha fraguado en estos 16 años. Tres lustros de sometimiento al legado de Pinochet y a las consecuencias de la concentración económica y del poder.
Los estudiantes deben resistir la artillería de los medios y del gobierno, así como la represión de la fuerza pública y de los alcaldes y directores de los colegios. Saben, perfectamente, que deben continuar con sus reclamos, porque así promoverán los reales cambios en la educación. Si todo queda en manos de las autoridades no habrá nada más que status quo y concentración del poder.
Entonces, se hace indispensable que se reorganicen, que se aglutinen y que elaboren una estrategia en común para hacer frente a quienes pretenden acallar sus demandas. Los estudiantes secundarios son protagonistas del primer gran movimiento ciudadano de la transición y no deben dejar pasar esta oportunidad.
Marcel Claude, Economista.
jueves, diciembre 21, 2006
Nuevamente los Estudiantes
Publicado por Unknown en 4:37 a. m.
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