La Democracia

La democracia es entre los gobiernos representativos, aquel que suscita mayor respaldo. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que hoy en día hace la unanimidad entre los gobiernos y las poblaciones. Sin embargo, a la hora de precisar su contenido los mismos gobiernos que dicen suscribirla manifiestan discrepancias de tal nivel, que los países que se dicen democráticos poseen en la práctica sistemas políticos que se hallan en las antípodas. Hoy por hoy, Pakistán, Afganistán y Rusia –entre otros- se proclaman democráticos. Junto a la democracia, según todos los pensadores que estudiaron las formas de gobierno legítimas o lícitas, se encuentran la monarquía y la aristocracia. La tiranía, la oligarquía y la demagogia son, por el contrario, formas ilegítimas o degeneradas de aquellas. Por otra parte, la democracia es mucho más que un conjunto de formas. Es una forma de vida política de fondo que conlleva representatividad, participación efectiva de la población en la toma de decisiones, posibilidad real de ser escuchado por las autoridades lo cual va mucho más allá de la sola libertad de decir lo que uno piensa, y respeto por los derechos humanos de toda la población evitando de ese modo la arbitrariedad o el abuso del Estado y sus agentes. En definitiva, la democracia no puede ni debe reducirse a un conjunto de instituciones constitucionales consideradas en su aspecto formal, como tampoco debe reducirse a elecciones periódicas si no analizamos primero el sistema electoral, la forma en que las elecciones se llevaron a cabo y el rol de los medios de comunicación entre otros. Chile, desde hace ya 20 años salió de una dictadura militar que según otros fue una dictadura personalista. ¿Significa eso que Chile entró en democracia? Los hechos de los cuales hemos sido testigos en estos años, nos inclinan a dar una respuesta negativa: La falta de espacios de participación real de la población, el reemplazo del espacio público por un espacio mediático que legitima el sistema político y económico, la constitución política del país, el vergonzoso pacto sobre los derechos humanos, el deslizamiento del parlamento del ámbito político representativo al ámbito corporativo, consecuencia del corporativismo de los partidos políticos, la precedencia de lo económico sobre lo político, la violencia ejercida por el poder público sobre los que se manifiestan en las calles para reclamar por sus derechos, las técnicas de manipulación y control que se ejercen para desarmar los movimientos sociales, la tolerancia hacia la contestación pero sólo en los términos que el poder quiera. Los elementos anteriores presentes en el Chile de hoy nos dejan sumidos en la perplejidad en cuanto a saber frente a qué tipo de gobierno estamos. ¿Democracia corrompida? ¿Oligarquía? ¿Oligarquía económica?, etcétera. La respuesta a lo anterior puede ser discutible, pero indiscutiblemente los gobiernos de la concertación se han apartado cada vez más de la democracia real monopolizando eso sí, el derecho a decirse demócratas quitándoselo en cambio a quienes no piensan como ellos. Es –según creemos- esta situación lo que nos ha llevado incluso a no tener en Chile alternancia en el poder (elemento formal de la democracia) ya que, teniendo ellos el patrimonio de la democracia, cualquier alternativa distinta sería el retorno del fascismo, o de la “extrema” izquierda, o de alguna otra ideología peligrosa. Estamos Des-Concertad@s frente a la idea de democracia que la concertación ha instalado en el país y creemos que habituarnos a vivir en esta seudo democracia es el peor daño que pudiera infligirse a la democracia real. No queremos esta cultura política que sólo logrará perpetuar la sumisión del pueblo chileno. Respaldamos la democracia, no lo que la concertación ha hecho de ella.

Movimiento de los Desconcertados.