(Publicada en La Nación, Abril 29, 2008)
Han transcurrido aproximadamente dos años del llamado movimiento de los pingüinos, estudiantes secundarios cuyas manifestaciones abrieron un amplio debate sobre la precariedad de la educación básica y media en Chile. No debe sorprender que los estudiantes hayan vuelto a las calles y a las movilizaciones, y que las reivindicaciones planteadas por éstos vuelvan y sigan siendo el lucro, la Ley General de Educación, la calidad de la enseñanza, la Jornada Escolar Completa, la tarifa escolar, entre otros. Todo lo anterior, a pesar de la instalación del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación –anunciada pomposamente por la Sra. Bachelet- que debió haber generado las propuestas adecuadas, pero que sólo sirvió para poner freno al movimiento estudiantil y no superar las grandes lacras del sistema educacional: financiamiento, calidad y equidad. Y a pesar también, de que el tema se encuentre actualmente en el Parlamento, aunque no parece existir una intención de avanzar en su tramitación.
En este escenario que opera bajo la cuestionada lógica vigente en mayo del 2006, lo esperable es que las brechas existentes en la educación se acrecienten, por ejemplo, en los resultados de la PSU 2007, solo un 1% de los hijos de las familias de menos recursos superaron los 700 puntos, mientras que en los hijos de familias de altos ingresos ese porcentaje llega al 16%. Estas cifran demuestran que los pobres en su condición de exclusión reciben una educación muy deficiente, lo que no ocurre con los estudiantes de altos ingresos. De allí que el sistema de selección universitaria no sea más que el reflejo de la realidad social del país, razón por la cual, en la última propuesta entregada por los secundarios al Ministerio de Educación en diciembre pasado, se planteó su eliminación definitiva y su reemplazo por un mecanismo que considere sistemas de bachillerato humanista y científico.
En esa misma y errada dirección se pueden considerar a otros mecanismos como el aporte fiscal indirecto (AFI) que resulta hoy una medida de política pública regresiva, ya que bajo el supuesto de favorecer la excelencia académica, premia a aquellas instituciones de educación superior que acogen a los alumnos de los estratos socioeconómicos más altos, que son aquellos que obtuvieron mejores resultados en la PSU y que provienen, a la vez, de los colegios privados que muestran históricamente los mejores resultados en la prueba SIMCE. Un círculo vicioso que lleva más de 30 años sin romperse, heredado de la dictadura y que la Concertación ha ratificado. Basta recordar las demandas de los secundarios de la segunda mitad de los años ochenta que no eran ni más ni menos que las mismas del día 24 de abril pasado, cuando nuevamente los estudiantes salieron a la calle en distintas ciudades del país y recibieron la acostumbrada represión policial.
Desde mayo del 2006 han transcurrido dos años de tramitaciones inútiles, donde contrariamente a lo planteado en mayo del 68 por los estudiantes franceses, los nuestros sí han sido realistas pues han pedido sólo lo posible, pero en Chile, lo posible es imposible. Resulta políticamente absurdo responsabilizar a las movilizaciones estudiantiles por el poco avance logrado, ya que si no fuera por éstas, el consejo asesor de educación nombrado por Bachelet sesionaría ante la tumba del ex dictador. Seamos honestos, ni el gobierno ni la oposición han querido modificar el marco regulatorio de la dictadura. La solución existe y es tan antigua como la vieja Europa, aquella que tanto nos gusta imitar, y que enfrenta el problema con cuantiosas inversiones públicas financiadas con un sistema tributario que grava más a los que más tienen y a las grandes empresas.
Entonces, no nos puede sorprender que los estudiantes vuelvan a salir a las calles para reclamar por un grave problema país que se ha querido presentar como solucionado o en vías de solución, que es la falsa imagen con la que se quiso clausurar la revolución pingüina del 2006. Además tampoco debería resultar sorprendente a la luz de lo que ocurre en el Parlamento, ya que el proyecto que se encuentra en el Congreso considera sólo una parte de las demandas y no asegura los cambios sustantivos que el sistema requiere. Un maquillaje más -entre tantos- gracias a los cuales, estilistas de la Concertación y de la Alianza han logrado reconocimiento internacional.
Marcel Claude, Economista.
miércoles, abril 30, 2008
Me gustan los Estudiantes
Publicado por Unknown en 10:18 a. m.
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3 Comments:
El tema de la educación, también va de mal en peor: la nueva ministra del ramo, Mónica Jiménez, a la primera persona que invitó a dialogar sobre la contingencia no fue al presidente del Magisterio, ni a algún alto funcionario de alguna ONG crítica al sistema imperante; fue, ni mas ni menos, que a Patricia Matte, la adalid defensora del lucro en la educación. Así, poco o nada se puede esperar de este trasnochado gobierno que tiene como única preocupación no pisarle los callos a la derecha... No vaya a ser cosa que a Bachelet la saquen como a Allende de la Moneda: sin vida y envuelta en un chamanto.
Completamente de acuerdo con lo expuesto. Mi humilde opinión es que el tema no tendrá solución, puesto que a los mal llamados políticos tanto de concertación como de oposición no les conviene tener una ciudadanía educada, de lo contrario quien seria capaz de votar por ellos, como mantendrían a la gente tranquila.
El modelo de "desarrollo" que Chile tiene, basado en la acumulación de quienes más tienen, se sustenta con mano de obra barata, daños ambientales irreparables, atropellos a los derechos humanos, y a su vez todo esto (entre otras cosas) se sustenta en no educar a las personas.
Saludos.
Estoy completamente de acuerdo con lo que plantea "pablo villarroel hipp", el cuento es conocido, y ya no nos extraña, ya conocemos a que juegan, a mantener al pueblo desinformado para que no cuestionen sus conductas, asi tienen a la vez mano de obra barata, y gente que vote desinformada, y solamente por el "viejo sabio", o la "señora simpática".
El consejo asesor presidencial, no cambio las medidas de fondo que se pedían, fue un chiste, y solo sirvió para que los representantes de los estudiantes comieran galletas y tomaran té en las reuniones que sostuvieron.
Ahora nuevamente proponen mesas de dialogo, para sentarse a conversar nuevamente, sin siquiera proponer una orgánica de dicha mesa.
Estan ahora esperando que? que llegue el 21 de mayo para proponer abiertamente una medida demagogica y que nuevamente no solucione en nada nuestros problemas?, estan esperando para presentar lo mismo que ya rechazamos de plano?.
No hay representatividad, la democracia no llega a buen termino, porque simplemente a los de arriba no les conviene, que fácil se vendió la concertación, les duró poquito su intención de ayudar a la inmensa mayoria de los chilenos.
http://sawezo.blogspot.com/2008/04/conflicto-estudiantil.html
Aquiles Hernández Barraza
Estudiante de Trabajo Social PUCV
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