miércoles, diciembre 20, 2006

Política Monetaria y Tasa de Interés


En los últimos días hemos sido testigos de un duro debate entre los especialistas acerca de la posibilidad de que el Banco Central intervenga en el mercado cambiario para frenar la brusca caída del dólar que está perjudicando fuertemente al sector exportador.

Sin embargo, es importante profundizar en el debate para comprender los verdaderos alcances de una política del dólar más activa, sobretodo cuando esta busca proteger a los exportadores, por lo que es de especial relevancia considerar el real aporte de las exportaciones al desarrollo de Chile.

No es una novedad decir que el crecimiento económico chileno en los últimos 30 años ha estado fundamentado fuertemente en el crecimiento de nuestras exportaciones, algo que el Gobierno de Lagos ha priorizado por sobretodas las cosas con la firma de una serie de tratados comerciales, y que en las cifras es evidente. Mientras en 1999 las exportaciones como porcentaje del PIB alcanzaban al 24%, este año se estima que alcancen el récord de 36% del PIB.

Lo absurdo es que el espectacular crecimiento del sector exportador ha tenido un impacto prácticamente nulo en el empleo y en la calidad de vida de los chilenos, debido a la tremenda concentración de nuestras exportaciones, ya que, según datos del Ministerio de Hacienda, más del 96% de éstas están concentradas en el 1% de las empresas, las grandes corporaciones nacionales y transnacionales. Es más, según datos de ProChile, solo 222 empresas, apenas un 0,03%, concentran más del 82% de nuestras exportaciones.

Esta concentración favorece a los poderosos grupos económicos, ya que más del 85% de nuestra canasta exportadora está concentrada en la explotación de recursos naturales, y éstos a su vez están en manos de Angelini en el caso de la pesca y el sector forestal, Luksic en la minería y Matte en el sector forestal.

Estos sectores económicos no generan un gran número de puestos de trabajo, no más del 10% considerando las exportaciones que realizan las mega y grandes empresas, y si las Pymes que entregan más del 80% del empleo están ausentes del sector exportador, no es de extrañar que la contribución del sector exportador al empleo nacional sea prácticamente despreciable. Esto coincide coherentemente con la información proporcionada por Estrategia a fines de Septiembre, cuando se informara que en el sector externo de la economía chilena, se destruyeron 30.500 puestos de trabajo, pese a que desde 1990 se han creado 500 empresas exportadoras.

A estas alturas el único argumento válido para intervenir el precio del dólar es el de frenar el riesgo de una ola de capitales financieros especulativos que apuesten a la recuperación del valor de la moneda norteamericana y así ganar mucho dinero fácil, lo que introduciría factores de inestabilidad innecesarios. Obviando este punto, es muy dudoso que una política orientada a sostener el valor del dólar y que beneficie al sector exportador tenga alguna consecuencia importante para el bienestar general del país. Probablemente no sea más que un instrumento que beneficie a un puñado de familias y de esta forma contribuya aún más a la enorme desigualdad existente en nuestro país.

Marcel Claude, Economista.

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