Industria Salmonera Infecciosa y Crisis Bursátil

(Publicado en diario Estrategia 21/12/2007)

Es más o menos evidente que el ecosistema natural tiene impacto en la vida económica. De hecho no habría crecimiento económico sino crecieran los peces en el mar, no hubiese agua en el planeta y sin la capacidad de tratamiento que tiene el mar de los residuos domiciliarios e industriales.

Durante años la industria salmonera en Chile ha sido severamente criticada y se ha pedido que enfrente los graves impactos sociales y ambientales que ésta produce, pero, nada. La política ha sido refutar los argumentos, acomodar las cifras, desautorizar las opiniones científicas y desacreditar a los críticos: terroristas de las cifras, antipatriotas, entre otros calificativos.

Pero, cuando el dinero habla y la rentabilidad de los accionistas se pone en juego, la maquina empieza a moverse y de manera muy ágil. Lo cierto es que se ha producido el desplome bursátil de las principales industrias salmoneras operando en la Bolsa de Comercio de Santiago. Multiexport experimenta una sistemática caída, puesto que, mientras en julio 2007 vendía sus acciones a 355 pesos, hoy las está vendiendo a 207 pesos con una caída del 42%. Invertec, por su parte, que en enero 2007 vendía sus acciones a un precio de 626 pesos, hoy lo está haciendo a 330, con una pérdida del precio de 47%.

El problema dice relación con el brote, en Chile, del virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón) y del piojo de mar Cáligus. Dos de las más grandes industrias salmoneras en el mundo –Marine Harvest que tiene el 40% de su producción en Chile y Mainstream- han acusado el golpe. En noviembre del presente año, Mainstream anunció que sus ganancias cayeron en 45% respecto del 2006 y en su informe, la empresa reconoce que esto se debe a los problemas sanitarios que están experimentándose en Chile con la industria. En forma similar, Marine Harvest reconoció los graves problemas sanitarios que afectan a la producción en Chile.

La muerte de buzos por prácticas inadecuadas y equipos deficientes, los bajos salarios, la alta tasa de accidentabilidad laboral de la industria, la segunda más importante después de la construcción, no mueve la conciencia ni de los ejecutivos ni de las autoridades, pero, gracias a la mano invisible del mercado, esa que “asegura” el bienestar colectivo a pesar del egoísmo individualista, hace lo que nadie más ha logrado: enfrentar los problemas y asumir los costos sólo de la empresa, aunque esto signifique reducir las ganancias.

Marcel Claude, Economista.