jueves, junio 07, 2012

La Barbarie del Agua a las Puertas del Gran Santiago



En Santiago, a las 7 de la mañana de un día cualquiera de mayo, como muchas mañanas frías de esta ciudad “acorralada por símbolos de invierno”, según la descripción del cubano Silvio Rodríguez, el ánimo no está para celebraciones. Hace frío, el pulso modernista de la sociedad de masas inunda, deprime, agobia. Las calles saturadas de vehículos y buses del transantiago, el tren subterráneo solo dispone del espacio entre las cabezas y el techo de los carros, nada más, y acarrea en los estados más indignos y denigrantes a estos modernos ciudadanos de la república chilena, la del ingreso per cápita más alto de América Latina, ejemplo de administración sana y responsable de las cuentas fiscales. Todo marcha bien en Chile, según las cuentas macroeconómicas.

Llegar a la Estación Central para tomar un bus interprovincial que nos lleve a La Ligua, es ya una tarea que exprime las fuerzas, que somete a prueba la tolerancia del espíritu, pero no es todo sin embargo, pues había que esperar una hora la salida del bus, de pie, seguramente debido a políticas de racionalización de recursos. Léase, no poner suficientes asientos para que los peatones soporten las largas esperas, puesto que sería poco rentable. No es negocio.

En el bus que nos conduce a La Ligua, una vez más la tolerancia sometida a estrés. Asientos sucios, baños impregnados de malos olores. Pero, en Chile todo marcha bien con las cuentas macroeconómicas. Por fin en La Ligua. Nos encontramos con dirigentes de pequeños y medianos agricultores. Otro mundo, mezcla de modernización forzada en medio de calles centenarias que apenas bien toleran el paso de las obras mediocremente modernizantes. Aires pueblerinos en medio de grandes supermercados. Una curiosa especificidad de la zona llama remarcablemente la atención del visitante: un tráfico permanente de camiones aljibes atraviesa la ciudad y se dirige hacia los campos. Hacia allá nos desplazamos, al campo chileno, hoy plagado de basuras, botellas pláticas, bolsas de supermercado sembradas por allá y por acá. Ya no hay cebollas, ni lechugas, ni papas, hay bolsas plásticas que el viento empuja. La sequedad irrita, perturba, enoja, los árboles transitan en una silente penuria, uno tras otro, feos, secos, ateridos de un ambiente desprovisto. Todo esto deprime en extremo y el refugio en la “morada interior” que utilizara Rubén Darío como un recurso para el alma, surge espontáneamente en medio de lo que hoy es el absurdo del agua a 140 kilómetros, nada más, de aquella ciudad en que todo marcha bien con las cuentas macroeconómicas.

Visitamos a un campesino que con enorme esfuerzo había logrado sembrar sus paltos y lechugas. Su hogar solitario, una habitación digna de las mismas condiciones que durante el siglo XIX tenía reservado a los campesinos iletrados el progreso de los grandes terratenientes. Afuera la basura irrespetuosa, restos de un colchón destripado, un cobertizo como cocina y unas ollas ennegrecidas por el hollín. Su rostro, nada más que un libro abierto narrando los sufrimientos de la tierra, seco y quebrantado como la tierra misma que tenía a sus pies.

Es difícil conciliar la imagen que guardamos en nuestras mentes del campo chileno como un lugar noble, de pueblos chicos con gesto antiguo, espacios para el despliegue de la belleza y otras formas de vida, con lo que acontece hoy, un pandemonio donde habitan todas las miserias. Una expresión misma de la barbarie y sin leyes que sean respetadas. El que carga más pistolas y más balas, ese manda. Mientras todo está bien en la capital con las cuentas macroeconómicas, a las puertas de la ciudad, un poquito más al norte, nada es como debe ser. Gonzalo Miquel, ex Gobernador de la Provincia de Petorca –cuya renuncia fue solicitada por su propio gobierno- en Emol sentencia “mi batalla por el aprovechamiento ilegal del agua me pasó la cuenta”, al mismo tiempo que expresa su preocupación pues un potente incendio social se está larvando. Son frases que dejan sin palabras, no se entienden bien, parece que hablaran de otro país. El párroco de Petorca clama desde su púlpito “no hay agua para cocinar ni para lavar y en la desesperación todo es lícito”. No es primera vez que escucho que la gente utiliza bolsas pláticas para defecar. Cuesta imaginarse eso.

En lo alto de una cima que domina uno de los valles en La Ligua, nos encontramos con Fidel Castro, a cargo de canalizar las aguas que llevan regularmente los camiones aljibes. Todo un valle de 20 mil personas alimentado por aguas procedentes de esos camiones. Es que los ríos están secos nos comenta Fidel Castro. Lo constatamos en terreno, solo surcos con piedras por donde alguna vez pasara el agua. Por todas partes tubos de cemento especialmente hechos para los pozos de agua que hacen los pequeños agricultores para captarla. Un gran esfuerzo económico y pronto hasta esos pozos se secan. La sequía es un gran problema hoy en la zona, el Ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, dice que los embalses estaban en marzo al 32% de su capacidad. No está asegurada el agua para el 2014. Pero no es solo un problema de sequía natural por falta de lluvias. El alcalde de Petorca, Gustavo Valdenegro, junto a la unión de ediles de Cabildo y La Ligua iniciaron juicios por el delito de usurpación de aguas.

El rey, en cuya autoridad todo esto descansa, es el Código de Aguas de 1981, una de las tantas reformas del régimen militar, junto a las AFP, el Código de Minería, la educación y otras. Esta ley única en el mundo, permite el aprovechamiento a perpetuidad del agua, haya o no haya necesidad o propiedad asociada. Ser dueño de la tierra no asegura el acceso al agua, lo que permite –como de hecho ocurre- que hayan dueños de agua sin tierra y dueños de tierra sin agua. Este código define dos tipos de aprovechamiento de aguas: consuntivos y no consuntivos. En el primer caso no están obligados a devolverla a sus cursos pues se consume y se agota. En Chile un 90% de los derechos consuntivos están en manos de grandes empresas agro-exportadoras y mineras. Los derechos no consuntivos (principalmente para generar electricidad) están casi en un 100% en manos de grandes empresas transnacionales como Endesa-España.

Esas son precisamente las denuncias que hace el ingeniero agrónomo, Rodrigo Mundaca, a través de la página web del Movimiento por la Defensa, Protección de la Tierra y Respecto al Medio Ambiente (MODATIMA). Es de aquella estirpe que crece y se agiganta con estos conflictos, se ponen “atrevidos” como diría un oligarca agrario que aún vestido de huaso, practica el rodeo chileno. Mundaca pone cifras y denuncia: en Petorca el 40% de los paltos están plantados en suelos sin aptitud de cultivo, es decir, en los cerros, incluso en áreas protegidas. Esto fue posible gracias a ley 18.450 que bonifica la tecnificación del agro, por lo que grandes empresarios han instalado sus sistemas de riego con subsidios estatales del 80%, lo que les ha permitido llevarse el agua hacia los cerros, dejando a los suelos aptos para la agricultura sin agua. Petorca es un modelo de cultivo irracional pues hace uso intensivo del agua con el monocultivo de paltas, sin los mínimos criterios de racionalidad para usar un recurso tan escaso. Eso es cierto, solo un 3% del agua disponible en el planeta Tierra es útil para el consumo humano y se destruye de maneras muy estúpidas, donde el lucro juega un rol fundamental. Mundaca afirma que en Petorca, la connivencia entre políticos y empresarios ha llevado el agua para los cerros, gracias a inversiones para drenar los ríos y captar sus aguas de forma irregular e ilegal, cometiendo el delito de usurpación (léase robo) del agua. Entre los acusados están: Edmundo Pérez Yoma, ex vicepresidente de Chile, ex ministro del interior; Eduardo Cerda, diputado en ejercicio por el distrito Nº10; Marcelo Trivelli, ex intendente metropolitano, hijo del ministro de agricultura de Frei Montalva, Hugo Trivelli, quien firmara la Ley de Reforma Agraria; Francisco Ignacio Álamos Jordán, representante legal de Agrícola El Sobrante Ltda. y cuñado de Juan Antonio Coloma, político UDI “vitalicio”; Osvaldo Jünemann, casado con Ximena Pérez Yoma, o sea, cuñado de Edmundo Pérez Yoma.

Mundaca tiene antecedentes oficiales, por ejemplo, la Resolución 1529 de la Dirección General de Aguas (DGA) de mayo16, 2011, en la que consta que Agrícola Cóndor Ltda. –propiedad de Pérez Yoma- habría usurpado aguas desde febrero 2009 a febrero 2011. También la Resolución 1997 de julio 14, 2011 de la DGA, según la cual, Agrícola Pililen -propiedad de Eduardo Cerda- estaría usurpando aguas desde el 2005. La cuestión es que tal delito tiene penas menores, ya que, la máxima penalidad que puede aplicarse son 20 UTM que para grandes empresarios no representa ningún problema, pagan las multas y luego siguen robando agua. Sin embargo, Perez Yoma es una persona que tiene una alta estima de sí mismo, por lo que se querelló en contra de Hugo Díaz Tapia -otro dirigente que lo denunció- debido a las calumnias e injurias graves cometidas con publicidad. El abogado de Pérez Yoma es Rodrigo Weisner, quien fuera durante 4 años Director Nacional de la DGA en el gobierno de Bachelet. Hoy Victor Jara le cantaría, al igual que a su padre: Señor Pérez, su conciencia la enterró en un ataúd, y no limpiarán sus manos, toda la lluvia del sur ¿Ni toda el agua que se ha robado?

A esto que ya es tierra de demonios, se agrega el comercio ilícito del agua que también denuncia MODATIMA, animado por el negocio lucrativo que la empresa sanitaria ESVAL ha levantado. Esta empresa no tiene agua y debe comprarla, lo que genera un incentivo perverso para que pequeños y medianos agricultores construyan pozos -muchos de ellos irregulares e ilegales- para venderle a ESVAL. Así también, termoeléctricas como Newenko y San Isidro, en la provincia de Quillota, están comprando agua a pequeños agricultores.

Más de 50 mil personas están siendo alimentadas con aguas de dudosa calidad en La Ligua, Petorca y Cabildo, y en una quinta parte de sus necesidades. Un verdadero estado de barbarie a las puertas de la ciudad capital, en donde tan bien funcionan los equilibrios macroeconómicos. Mientras tanto, en Vallenar se realiza la novena marcha por la vida y el agua, en donde miles de personas procedentes de distintas partes se juntaron para expresar su descontento. El silencio de la prensa, esperable; la corte de políticos decadentes enfrentados por la iconoclasta actitud de la derecha en su intento por destruir la imagen de estampita de primera comunión de la ex presidente Bachelet. Nosotros volvemos a la ciudad capital, cansados y desgastados por el lacerante malestar que todo esto causa. Silenciosos y encerrados en la morada interior, esa que nos protege del mundo, cuando el vulgo no nos entiende.
 Marcel Claude
(Publicado en El Rastro, junio 5,2011)

2 Comments:

jorge schumacher said...

exelente comentario que indica con cifras lo que ya sabemos pero no conocemos a cabalidad para poder dar a conocer a toda la gente eso es la pura verdad en limache y olmue pasa algo similar

Luis Sandoval said...

Estimado Marcel:

Creo que en todo Chile se vive algo similar, como dice Jorge, gracias al Código de Aguas de 1981, creado en las tinieblas de una dictadura, el cual la concertación nunca quizo cambiar, ya que están en el negocio del "agua", desde el régimen militar. El agua es un elemento vital para los seres humanos, para el mundo rural y escazo a nivel mundial. En el futuro nos van invadir por este elemento, y no sé si los "dueños del agua" nos van a defender de esta invasión, lo más seguro es que se vayan a sus casas en EE.UU. o Europa, como lo han realizado históricamente.

Lástima que este artículo no tenga masa crítica suficiente, ya que todos sabemos que los Medios Masivos de Manipulación, también están en manos de los "dueños del agua.

Saludos, y Marcel Presidente.

Lucho Sandoval.